Las cerraduras son uno de los elementos más utilizados en cualquier hogar o negocio, por lo que es normal que con el tiempo aparezcan fallos, atascos o averías que impidan abrir o cerrar la puerta con normalidad. Aunque muchas personas optan por llamar directamente a un cerrajero, en algunos casos es posible realizar una revisión rápida y resolver el problema sin necesidad de una intervención urgente.
En este artículo explicamos las averías más habituales, las causas más frecuentes y qué puedes intentar por tu cuenta antes de contactar con un profesional.
¿Por qué la llave no gira dentro de la cerradura?
Uno de los problemas más frustrantes es introducir la llave y notar que no llega a girar o lo hace con dificultad. Esto suele deberse a la falta de lubricación interna del cilindro, acumulación de suciedad o desgaste de los pitones internos. En algunos casos, también puede deberse a una llave doblada o desgastada que ya no encaja correctamente en el bombín.
Antes de llamar a un cerrajero, se puede probar con un lubricante específico para cerraduras (nunca aceite de cocina ni WD-40 en exceso). También es útil revisar la llave y comprobar si funciona correctamente en otra cerradura del mismo tipo. Si aún así no gira, lo más probable es que el bombín esté dañado y requiera sustitución profesional.
¿Qué hacer si la llave entra pero no abre la puerta?
Cuando la llave entra sin problema pero no acciona el mecanismo interno, lo más habitual es que la cerradura esté desalineada o que la leva interna falle. Esto ocurre con frecuencia después de golpes, cambios de temperatura, hinchazón de puertas de madera o desgaste del mecanismo.
Una solución temporal consiste en tirar ligeramente de la puerta hacia ti o empujarla mientras giras la llave, para ver si el mecanismo se libera. Si esto no funciona, es probable que la cerradura esté dañada por dentro y requiera desmontaje o reemplazo. En ese caso, intentar forzarla solo puede empeorar el problema.
¿Por qué la cerradura se queda atascada o bloquea al girar?
Una cerradura que empieza a ofrecer resistencia al abrir o cerrar puede estar avisando de una avería futura. El motivo más común es la falta de mantenimiento: polvo, óxido o desgaste de piezas internas provocan que el giro sea irregular. También puede deberse a un fallo del resbalón o del sistema de embrague en cerraduras más modernas.
En estos casos, aplicar un lubricante seco, limpiar la ranura de la llave o revisar si el picaporte está bien encajado puede resolver el problema. Si la cerradura sigue bloqueándose, es recomendable solicitar la intervención de un cerrajero antes de que el fallo sea total y la puerta no pueda abrirse.
¿Qué hacer si la llave se rompe dentro de la cerradura?
Este problema es más común de lo que parece, especialmente en cerraduras antiguas o llaves debilitadas por el uso. Cuando la llave se parte en el interior, lo primero es evitar empujar el fragmento más hacia dentro.
Existen pequeños extractores de llaves que pueden sacar la pieza rota si no está demasiado profunda. Otra opción casera es usar unas pinzas finas o un alicate de punta estrecha. Si el trozo se ha quedado encajado, lo mejor es llamar a un cerrajero profesional, ya que forzar la extracción puede dañar el bombín y obligar al reemplazo completo.
¿Cuándo es mejor llamar directamente a un cerrajero profesional?
Aunque existen trucos y soluciones temporales, cualquier avería que impida abrir la puerta, represente un riesgo de rotura o afecte a la seguridad de la vivienda debe ser atendida por un especialista. Manipular cerraduras sin experiencia puede generar daños mayores, aumentar el coste de reparación o incluso dejar la puerta inutilizada por completo.
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